El proceso de la salida de los dientes o dentición en los bebés suele ser muy duro, tanto para los más pequeños como para los padres. En algunos casos, los pequeños sufren un dolor constante que no saben cómo aliviar incluso durante semanas, por lo que empiezan a morderlo todo, a irritarse con facilidad y a tener trastornos incluso en el sueño, y los padres poco pueden hacer para aliviarlos.
Pero es importante prestar especial atención en este periodo a la salud dental del bebé, ya que puede ser muy determinante a la hora de desarrollar otros problemas o dificultades a edades posteriores según las experiencias de clínicas dentales en Sevilla. La dentición suele comenzar a los tres meses de vida del bebé, y puede durar hasta los tres años, aunque hay bebés que nacen con algún diente. Es importante, por tanto, mantener ciertos cuidados a fin de evitar problemas como infecciones o caries, ya que las encías se vuelven especialmente sensibles y vulnerables. Es aconsejable darles algo para morder, como aros de goma o un paño húmedo y fresco que los alivie. También se puede frotar las encías con el dedo, limpio por supuesto, para favorecer la circulación. Nada más salir las primeras piezas, es necesario limpiarlos con un cepillo para bebés y agua.
